El martes lo desafiliaba. El miércoles elevaba una carta abierta a la sociedad, mofándose de sus ex compañeros. No quedan demasiados, el partido de Mauricio Macri agoniza también en Salta.

“El PRO de Salta, en este momento, está en manos de personas que no tienen ni entienden de política, que no se les cae ni una idea ni propuesta de como pararse ante un electorado”, asegura Castillo.

Y prosigue: “Esta carta debió ser escrita hace mucho tiempo, pero por esas cosas que uno no sabe, llámese ‘nostalgia’, por haber fundado con otros dirigentes allá por el 2008 este espacio no lo hice”.

El tono es el de una persona que ya no está, que además lo mira desde lejos y sobre todo desde muy arriba. Y es que Beto, hoy en REMSa, es el hombre de confianza de Gustavo Sáenz en las relaciones con las mineras.

Lo hace desde hace más de 5 años, y además lo hace bien. Además, con una posición de derecha, Castillo es un engranaje lógico en las relaciones del gobernador con la presidencia de la Nación.

Cuando en Salta se pelean por migajas, Alberto Castillo es el encargado de conformar la primera opción mileista a Ahora Patria, en otras palabras, Beto está comenzando a barrer todo vestigio del vetusto Propuesta Republicana en Salta.

No queda demasiado del partido de Mauricio Macri en nuestra provincia, de hecho, Castillo busca barrer, pero otros en silencio, ya se fueron, facilitándole el trabajo.

El temprano salto a las filas libertarias, sean cargos nacionales, o afiliaciones, no es novedoso. Inés Liendo, o Pablo López ya presumen el violeta libertario, aunque hablen maravillas o posteen fotos de sus experiencias de antaño, los más jóvenes lo entendieron rápido, “el cambio” ahora es Javier Milei, y como ya todos lo sabemos: murió el rey, larga vida al rey.

“La sociedad cambia, evoluciona, pero este partido se quedó atrás en el tiempo, hace más de 4 años que esta intervenido, decidiendo a dedo quienes son sus candidatos que por lo general nunca pertenecieron al PRO”, firma, y tiene razón.

La situación del PRO en la provincia de Salta hace años es vergonzosa. Manipulado, intervenido y aunque no lo quieran decir, de acordar fácil con el oficialismo que denostaban y tanto publicitaban combatir, se acostumbraron a lo chiquito, el kiosquito y alguna contención para el sobrino.

El PRO fue desayunado, un poco por inexperiencia y otro poco por desidia.

“En este momento una fuerza superadora de la mano de Milei está en construcción y Uds. tendrían que evaluar como sumarse a la misma”, sentencia Castillo. Y es que Beto algo sabe. Quedan José Gauffin, Sofia Sierra, Agustina Álvarez y cuatro o cinco cholos con doble apellido imposibles de anexar a La Libertad Avanza.

Lo arcaico de su forma de pensar, moverse y acordar en política los condena al ostracismo. El PRO, construido como una nueva derecha argentina que llegó a gobernar un país, quedó como un club de conservadores y cobardes con miedo a plantear los cambios que la sociedad demandaba. En Salta se les fue un histórico, que el último apague la luz.