Beto, que juega a la mancha con los aviones, amenaza con ser el adalid del libertarismo saenzcista, una nueva ala política surgida de las relaciones carnales que Gustavo viene sembrando lentamente de la mano de Guillermo Francos y Patricia Bullrich.

Ya le birló a Griselda Galleguillos a Alfredo Olmedo, incorporó a la ex bettinista Carol Ramos (comerciante peatonalista de la primera hora y furiosa antimanteros) y se siente cada vez más cerca de la Cámara Baja nacional. Alberto está metiendo un carrerón y claramente demuestra cintura política, solo faltan los votos.

Tocados, los libertarios locales tratan de cerrar tropas ante la avanzada del gustavismo. Celosos por la estrategia veleta de la Rosada, ven como sus filas son tentadas al punto que no sería de extrañar que en cualquier momento aparezca una foto de Emilia junto a Sáenz, en una clara muestra de pacto de Mayo reloaded con fines meramente de pragmática realpolik.

Olmedo, el Alfredo, no aparece por ningún lado pero whatsapea, Don Carlos Zapata banca los trapos y negocia contra reloj en diputados. La Libertad Avanza a como de lugar y por donde sea, aunque eso represente la imposibilidad de llegar cómodos al 2027 y hacerse del gobierno provincial salteño. De nuevo realpolitik.

Falta cerrar la jugada del Jucaro y ya estaremos completos, afuera solo quedarán los kirchneristas a ultranza que, entre causas por cuevas de trolls, cristinismo acérrimo y la imposibilidad de llegar al cupo de 20 votantes, verán como Urtubey, posiblemente, les cope la parada del PJ.

Cambios varios y constantes, dos perdedores, PRO y JP, otros que siguen en la batalla, el final contiene solo a los que quieren armar, no desarmar.