Gremiales
Patoterismo extremo

No tiene vergüenza: Pedro Serrudo, el más "casta" de los sindicalistas salteños cree que la Municipalidad le pertenece

Amo y señor de la UTM (Unión de Trabajadores Municipales), Serrudo tiene un prontuario de violencia que hay que tener en cuenta.
Pedro Serrudo, secretario general de la Unión de Trabajadores Municipales (UTM).

No es de hoy ni mucho menos un problema novedoso, Pedro Serrudo ha sabido cosechar más odios y amores en la ciudad de Salta.

Al mando de la Unión de Trabajadores Municipales, el sindicato que dirige, Serrudo a extorsionado -o al menos lo intentó- a cuanto intendente estuvo al frente de la Municipalidad de Salta.

La nota del día tiene que ver con el trunco intento de tomar hoy el edificio municipal. Serrudo, al mando de un insignificante número de adictos, intentó paralizar hoy el devenir laboral del municipio.

Estamos en el año 2025, claramente el veterano sindicalista no entiende que ni los trabajadores municipales, ni los contribuyentes, están dispuestos a bancar banderas que están lejos de ser propias.

Sin apoyo, y al notar que ningún empleado municipal se plegaba a la medida, Pedro Serrudo intentó ingresar por la fuerza y detener el normal movimiento de los municipales. El fracaso fue rotundo, además, y sin mayores explicaciones, se lo invitó a retirarse, lo que lo llevó a hacer una suerte de piquete en el portón de ingreso de vehículos.

Claramente, las fuerzas de seguridad, muchos trabajadores y un sinfín de contribuyentes, lo invitaron a retirarse amablemente a contra oferta de solicitar garrotazos acomodadores de épocas.

El horno no esta para bollos y los contribuyentes comienzan a ver con buenos ojos que las vías de transporte sean liberadas por la violencia de ser necesario.

Casta, Casta

La gravedad de todo desnuda una gran falla en la legislación de la capital salteña. Existen derechos, por un lado, que deben respetarse, y privilegios por el otro.

Pedro Serrudo demanda la contratación en la municipalidad de familiares de sindicalistas muertos.

Una suerte de ordenanza demente que algún afiebrado concejal salteño apoyó en su momento y que hoy brinda privilegio a los “que están adentro”, cual si fueran dueños de la cosa pública y hasta de hecho, tenedores de derechos supra ciudadanos que los colocan por delante de los demás a la hora de ingresar a desarrollar tareas en pos de todos y cada uno de los vecinos de Salta: “es una cuestión de justicia para las familias de quienes dedicaron su vida al municipio”, declaró Serrudo ante la incrédula prensa que se había hecho en el lugar para cubrir el intento de toma del edificio municipal.

Sin embargo, la jugada es otra. Serrudo carece de votos en UTM, en las últimas elecciones lo votaron no más de 150 munipas y por lo que se venir, apenas aparezca uno que le haga sombra, se acabó su largo reinado de casi 30 años viviendo del bolsillo de los salteños.

Esto, para Serrudo, es peligroso. De llegar una nueva gestión a la Unión de Trabajadores Municipales, sería inevitable una auditoria que hasta ahora fue negada contantemente y que podría desnudar los constantes saqueos de la caja sindical de la que Pedro Serrudo tanto se ha beneficiado. A Serrudo se le viene la noche.

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