Finaliza el año y las provinciales están a la vuelta de la esquina, aunque a nadie le importe
Planchados. Los salteños pasamos el 2024 con la cabeza más cerca de la Casa Rosada que de nuestro propio patio. Al medio, la política local quedó borrada del mapa y no hay candidatos.
Javier Milei, Cristina Kirchner, Mauricio Macri. Mauricio, Milei y Cristina, inflación al alza y a la baja, sube la pobreza, baja la pobreza, dólar y ajuste. La atención, los ojos locales, estuvieron fijos en Buenos Aires. Salta, sobre todo, con la camiseta puesta. El León mide muy fuerte en la provincia y mantiene su caudal electoral respecto de las elecciones 2023. Pero Milei no compite aquí. Las cosas en Salta siempre suceden de otro modo, y con voto electrónico.
Lo confirmó el gobierno provincial. Las elecciones de medio termino en Salta se llevarán a cabo el 4 de mayo de 2025. No habrá PASO y se eligen representantes ante las Cámaras Legislativas de Salta, Concejos Deliberantes y el intendente del municipio de Aguas Blancas, en el departamento Orán.
Además, el decreto 689 dicta que también se elegirán senadores provinciales, un titular y un suplente para los departamentos Cachi, Cafayate, Capital, Chicoana, General Güemes, Guachipas, La Caldera, La Poma, Los Andes, Molinos, Rosario de Lerma y San Carlos.
También se elegirán diputados provinciales en los departamentos Anta (donde se ponen en juego tres bancas de diputados titulares y tres de suplentes), Cachi (un diputado titular y uno suplente), Cafayate (un diputado titular y uno suplente).
En Capital, en tanto, se elegirán diez diputados titulares y diez suplentes; Chicoana, un titular y un suplente; Iruya, un titular y un suplente; Metán, tres diputados titulares y tres suplentes; Orán, tres titulares y tres suplentes; Rivadavia, dos titulares y dos suplentes; Rosario de la Frontera, dos titulares y dos suplentes; San Martín, tres titulares y tres suplentes.
La elección de concejales esta vez marcará términos de cuatro años por mandato electo.
Hasta aquí, y salvo por la recurrente suspensión de las PASO, todo corre con suma normalidad. Pero ¿Quiénes son los candidatos?
En una era en la que el odio y desprecio a la Casta, a la política, y a sus representantes, Salta observa un fenómeno pocas veces visto: no hay candidatos, y aquellos cuyos apellidos han resonado en los medios en los últimos tiempos, no fue por causas nobles ni por méritos, sino por hechos sumamente vergonzosos y hasta inverosímiles.
Desde las amenazas pugilísticas de la diputada Socorro Villamayor a su par Griselda Galleguillos, hasta la oferta de entregarle los dientes en una bolsa del concejal humitero José García, a su colega ex Juntos por el Cambio, ahora autopercibido libertario Pablo López, hasta escándalos más viejos como el reparto de recursos del Estado del diputado ex ministro Esteban, por solo sumar uno que otro ejemplo.
La casta salteña le encontró el gustito al bajo perfil y, quienes buscan resaltar abusan del programa televisivo propio para fijar la carita en el inconsciente colectivo con la vaga esperanza de que por aburrimiento los salteños los individualicen en la pantalla del sistema de voto electrónico.
Sin propuestas, sin ideas, y bajo la total dependencia del apoyo que reciban por parte de Gustavo Sáenz, Emiliano Durand o María Emilia Orozco, los único tres traccionadores de votos, existe un ejercito de calentadores de sillas desesperados por ser ungidos para hacer la plancha durante los próximos cuatro años.
Cansancio, hastío y pérdida de credibilidad, la clase política salteña atraviesa su peor momento, algo que se podía prever dados los fracasos estrepitosos de quienes viene ganando las últimas provinciales. La consecuencia no pensada de esto deviene en la posibilidad de que Salta registre un récord a la inversa respecto de participación del padrón electoral, lo que daría una luz roja a las autoridades provinciales y partidos alineado a la oposición nacional, ya que, por lógica, cuando lleguen las elecciones de medio término nacionales, esto puede revertirse en una masiva aprobación a la gestión de Milei, sea quien sea el candidato.
Un escenario de este tipo, podría ser la antesala de las provinciales 2027, y de ser así, serían muchas las cabezas que podrían rodar luego del 4 de mayo, tras los consecuentes pases de facturas.
Pero lo que es aún peor (para la política local), la posibilidad de que alianzas que parecen sólidas pero están en frágiles condiciones, se resquebrajen sin posibilidad de reparación, y esto marcaría un antes y un después, algo que de momento nadie espera, pero que ya comienza a hacer ruido. El 2025 se viene sin pena ni gloria, pero puede dar más de una sorpresa.