Política
De cara a las elecciones 2025

Juan Carlos Romero, el optimista del voto

Senador y eterno lactante del estado Juan Carlos Romero.

Los tejes y manejes de la política salteña de cara a las elecciones 2025 ya se comienza a palpitar y los dinosaurios enquistados que oponen resistencia al retiro lo saben.

Uno de los personajes que ya comenzó a tomar recaudos y a allanar el terreno para obtener la buenaventura del voto popular en las urnas fue, el senador y eterno lactante del estado Juan Carlos Romero, que no conforme con ser uno de los hombres más ricos de la provincia y del país, ser dueño de innumerables propiedades, tener influencias cuasi mafiosas y pactos al mejor estilo “iluminati”, ya comenzó a tejer relaciones con personajes que se manejan en los mismos términos que el senador.

Como es el caso del intendente de Rosario de la Frontera, Kuldeep Singh, quien pese a todo el frondoso prontuario delictivo que pesa sobre su persona, como el hecho de estar acusado por la justicia provincial como autor de los delitos de incumplimiento a los deberes de funcionario público, fraude a la administración pública y cohecho en concurso real, además de privación ilegítima de la libertad y robo doblemente calificado, ocurridos en 2018, cuando era diputado provincial, va a ir a la par de Romero para apoyar su candidatura a renovar banca en el Congreso Nacional.

Pero Singh, no es al único al que Romero tocó la puerta, anteriormente lo hizo con el jefe comunal de La Caldera, Diego Sumbay a quien no le sacó mayores provechos, ya que el intendente vive y respira por los ojos del intendente de Vaqueros, Daniel Moreno, así que ahí, el legendario político no tuvo el criterio para tocar la puerta correcta.

A todas las luces se ve que Romero se va a valer de todas sus mañas y artilugios, propios de “viejo mañoso”, para aferrarse con uñas y dientes a la vieja política rancia y desgastada que tantas mieles supo dar a él y a sus retoños.

Cumplido este periodo e la senaduría nacional, “Juanca” (como lo llaman cariñosamente los pocos afectos que le quedan) va a cumplir 37 años chupándole la sangre a los salteños en diferentes puestos políticos y compitiendo por el puesto de mayor parásito del estado con su par provincial, Mashur Lapad, quien lleva más de 32 años, también, en el mismo currito.

La dinastía Romero, promete no darse por vencida, sino basta con recordar a Roberto Romero y su trayectoria política que dejó a modo de legado a su hijo quien, en 1987, impulsado por su padre, ganó una banca en el Senado nacional. Allí estuvo hasta 1995, cuando compitió y ganó la Gobernación de la provincia, cargo que ostentó hasta 2007, con una reforma constitucional que le permitió estar 12 años, a partir de ahí, fue electo ese año como senador nacional, otra vez, cargo que todavía mantiene.

Pese a haber alcanzado la gloria personal, sin mucho esfuerzo personal ni social, Romero no se resigna y con todos los años que pesan en su haber y que ya comienzan a hacer estragos en sus reflejos ya que no puede sostenerse en una silla sin estrellarse, peor que “higo maduro” contra el piso, quieres asegurar el futuro de la dinastía, a través de su pedante hijo, quien hoy ocupa una banca como diputado provincial o de la “flacuncha” Bettina Romero, que dejó mucho que desear en su gestión como intendente de la ciudad de Salta.

Muchos dicen, que los pimpollos del clan no están a la altura porque no saben sortear los vericuetos de la política con la cintura de padre.

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