En ese sentido, monseñor Dante Bernacki, vicario general de la arquidiócesis de Salta, adelantó que se espera la llegada de unos 17.000 peregrinos provenientes de la Puna. Ese grupo incluye a grupos de mineros, que ya comenzaron su peregrinación desde Antofagasta de la Sierra, en Catamarca, y quienes incluso en sus momentos de descanso no dejan de demostrar su alegría. Con aplausos y a viva voz, entonan cánticos de alabanza para alentarse mutuamente.

Además, acompañó a promesantes que se dirigieron a Tintilayo y desde allí salieron hacia Mina Patito, donde monseñor Bernacki presidió una misa. Luego, el 8 de septiembre partieron hacia San Antonio de los Cobres, en un recorrido de unos 125 kilómetros. Hasta allí llegaron unas 200 personas, que alrededor de la medianoche se unieron a la peregrinación de los mineros, para dirigirse juntos hacia Salta capital. Con ellos se reunieron también quienes descendían por la ruta 51, desde Olacapato y Mina Tincalayu.

Con una marcha ferviente y a paso firme, el grupo de salteños demostraron su alegría y fe también cantando y saltando. "Es impresionante la energía positiva que transmiten estas personas", declaró emocionado un vecino.

El año pasado, la peregrinación desde San Antonio de los Cobres reunió entre 3.000 y 3.500 personas. Para este año, se espera un incremento significativo, con más de 4.000 peregrinos en la última parada antes de llegar a la catedral, en el Jockey Club, donde el año pasado se congregaron unas 14.000 personas.

Según diversas estimaciones, este año esa cifra podría aumentar a 17.000, reflejando la profunda devoción y el compromiso de los fieles en relación con esta tradicional celebración.