Economía y Empresas
Conflicto en puerta

Enarsa está en la mira por el elevado costo del gas que llegará a Salta desde Chile y Bolivia

La planta compresora de Pichanal, nudo del gasoducto binacional Norandino, en el norte salteño.

Su vicepresidente, un exdirector chileno de Petrobras, es investigado por un posible conflicto de intereses. Por la imprevisión, el GNL para evitar cortes en el NOA costará tres veces más que el gas de Vaca Muerta.

Norandino, uno de los gasoductos binacionales que comenzaron a operar en 1999 desde Salta hacia la Región de Antofagasta y que desde octubre de 2023 se utilizó para exportar gas natural desde el departamento San Martín hacia el norte chileno, empezará a traer en pocas semanas más 2 millones de metros cúbicos diarios hacia la planta compresora de Pichanal (Orán) para evitar que centrales térmicas, industrias y estaciones de GNC del norte argentino vuelvan a sufrir cortes y restricciones como los que afrontaron durante la ola polar de mayo último.

La operación, que la empresa pública Energía Argentina (Enarsa) acaba de cerrar con la estatal chilena Enap, suplementaría los volúmenes que la refinería de Campo Durán seguirá recibiendo desde Bolivia, en el marco de una nueva adenda que estiró el cese de esas importaciones hasta septiembre. En noviembre de 2023, Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) comunicó a la Secretaría de Energía de la Nación que el próximo 31 de julio cortaría definitivamente los despachos al norte argentino, para cubrir con la declinante producción gasífera de Tarija los compromisos firmes suscriptos con Brasil. Ya entonces, en plena transición de los gobiernos de Alberto Fernández y Javier Milei, se consideraba una prioridad tener la reversión del Gasoducto Norte terminada antes de este invierno para poder abastecer al NOA con gas de Vaca Muerta. Sin embargo, muchas de las obras están inconclusas o apenas iniciadas. La incertidumbre que generó la imprevisión quedó disipada en parte con el acuerdo de triangulación (swap) que Enarsa y la estatal brasileña Petrobras sellaron en Río de Janeiro en abril. Por ese entendimiento, Brasil aceptó ceder parte de su contrato de gas con Bolivia para que puedan cubrirse los picos de demanda del norte argentino. Fue ese gesto el que permitió a Enarsa suscribir con YPFB la nueva adenda que asegurará un ingreso de al menos 4 millones de metros cúbicos diarios de gas desde Bolivia al complejo de Campo Durán hasta septiembre. La mano de Petrobras no será gratuita ni mucho menos, ya que Enarsa debería compensar los volúmenes cedidos por Brasil con embarques de Gas Natural Licuado (GNL) que son mucho más caros.

Una situación muy similar se presenta con la importación adicional que acordó Enarsa con la chilena Enap para reforzar el abastecimiento del norte argentino. El gasoducto Norandino traerá esos 2 millones de metros cúbicos diarios desde la terminal de GNL de Mejillones. En total serán más de 128,4 millones de metros cúbicos los que ingresarán a Salta en dos meses. Y su precio, según precisaron fuentes entendidas, rondaría en los 130 dólares por millón de BTU (unidad térmica de comercialización internacional equivalente a alrededor de 27 metros cúbicos). Es decir que Enarsa pagaría por el GNL de Mejillones un valor tres veces más alto que el del gas de Vaca Muerta y más del doble de lo que Chile habría pagado por el gas que recibió, a través del mismo gasoducto binacional, meses atrás. En la operación que confirmó días atrás el Ministerio de Energía de Chile, además de Enap Refinerías, intervendrá la empresa Engie Energía Chile.

Aún se desconocen los términos y los precios del GNL contemplados en el swap que Enarsa firmó con Petrobras, pero lo poco que trascendió extraoficialmente fue suficiente para desatar fuertes cuestionamientos por el oneroso costo fiscal de las imprevisiones atribuidas tanto a la anterior gestión de gobierno nacional como a la actual. En efecto, por plantas de compresión que quedaron inconclusas en el gasoducto Néstor Kirchner, el ducto troncal que vincula a los yacimientos neuquinos con la provincia de Buenos Aires sigue operando a la mitad de su capacidad. Y por las obras de reversión demoradas en el Gasoducto Norte, la llegada del gas de Vaca Muerta al norte argentino está todavía verde.

¿Conflicto de intereses?

El actual vicepresidente Enarsa es el chileno Rigoberto Mejía Avena. Se trata de un exdirector de Petrobras que fue blanco de serios cuestionamientos durante la primera ola de frío que, en mayo último, dejó al sistema energético argentino al borde del colapso.

En aquel momento el Enargas declaró en emergencia al sector gasífero y cortó el suministro de contratos interrumpibles a estaciones de servicio e industrias, para priorizar el consumo de hogares y comercios. Ante la urgencia por garantizar el abastecimiento, Enarsa compró un cargamento de 44 millones de metros cúbicos de GNL en forma directa a Petrobras. Por esa millonaria compra, sin licitación, el nombre del vicepresidente de Enarsa y exdirectivo de la petrolera brasileña hizo mucho ruido.

Además, Mejía Avena estuvo en la mira en 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando un grupo de diputados nacionales lo denunció junto a otros directivos de Enarsa por "venta a precio vil" de centrales termoeléctricas. Ahora también es investigado por el memorándum que Enarsa firmó con la brasileña Petrobras, y que contemplaría el intercambio (swap) del gas que Bolivia seguirá despachando a Salta con barcos de GNL.

Ofrecimiento de Bolivia

El presidente de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, anunció días atrás que, a futuro, Bolivia podría transportar el gas natural de Argentina a Brasil como una "opción importante" y afirmó que el país andino cuenta con un sistema consolidado y "sin competencia".

Dorgathen aseguró, en una conferencia de prensa ofrecida en La Paz, que a partir de octubre Bolivia estará en condiciones de poder canalizar 3 millones de metros cúbicos diarios de gas argentino al mercado brasileño.

El titular de YPFB aclaró que el ofrecimiento de arrendar su infraestructura gasífera a Argentina para la exportación de gas de Vaca Muerta a Brasil, aún no fue aceptada. "Simplemente es una oportunidad. Estamos mostrando toda la infraestructura para poder hacer este trabajo", manifestó el funcionario del gobierno de Luis Arce, tras insistir en que Bolivia puede proveer "una solución inmediata, eficiente y competitiva para poder transportar ese gas".

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