A pesar que asumió hace más de dos semanas, fueron contadas las veces en las que Mario Mimessi salió de su despacho ubicado en el macrocentro de la Capital. De hecho, en sus propias redes sociales comparte actividades que realizan otros a su cargo, mientras él solamente asistió a "La Casona de La Paz" ubicada sobre Ruta 26 en la Ciudad de Salta, y a un evento en La Merced. Nada más. El trabajo duro lo realizan personal raso y algún otro "cacique" como Gómez Almarás de Asuntos Indígenas. El escritorio parece pesar.

Mimessi solamente salió del "Gran Salta" en estas semanas para volver a Tartagal, la ciudad de la que fue intendente hasta el 10 de diciembre, para pasar las fiestas con parte de su familia. Ahí, el hombre que se anima a jugarle pulseadas al Increíble Hulk (según escribió en Instagram), se acuarteló hasta altísimas horas de la mañana del 25 y, desde entonces, no se supo más de su persona.

Fue justamente el 25 de diciembre cuando, en vez de estar celebrando la Navidad, los salteños tuvieron que ser socorridos por las lluvias y quien podría haber estado encabezando los operativos, como lo hiciera años atrás una predecesora en el cargo como Edith Cruz, metiéndose al agua a rescatar a los niños o llevando un bolsón de alimentos o colchones, sigue sin dar señales de vida.

Esta situación de desentendimiento con la sociedad crispó los ánimos de los jefes comunales y los legisladores departamentales quienes se cansaron de llamar a Mimessi durante el fin de semana, solamente obteniendo de respuestas una reunión en su despacho en Salta para este miércoles. Lejos de sentirse apoyados, los representantes del pueblo expresaron su malestar por la poca empatía del ex radical para hacer frente a un desastre que, por suerte, no se cobró vidas.