Política
Claramente no fue un día peronista

Pato al agua, Peña de pobres y otras perlitas en la asunción municipal

Cargado de nubes de diferentes tonalidades que provocaron un aguacero por varios minutos en medio de las asunciones en el Gobierno y la Municipalidad de Salta.

Claramente no fue un día peronista. El sol se ocultó durante toda la jornada y prevaleció el cielo gris, cargado de nubes de diferentes tonalidades que provocaron un aguacero por varios minutos en medio de las asunciones en el Gobierno y la Municipalidad de Salta. Pero quitando algunas cuestiones netamente políticas, nos centraremos en las perlitas que nos dejó el pasado domingo.

Lento, pero vengo: quien parecía que sería la gran ausente de la jornada capitalina fue la otrora intendenta Bettina Romero. Es que, comenzada la ceremonia de asunción de Emiliano Durand que se retrasó algo así de 16 minutos por la espera del gobernador, llamaba la atención que la última jefa comunal, no estuviera entre las caras visibles del acto. Tuvieron que pasar cerca de 20 minutos para ver descender por una de las escaleras del complejo Nicolás Vitale, ligado El Tribuno (romerista), a la ex alcaldesa que le entregó finalmente el bastón de mando a Durand, aunque salió recortada de las fotografías oficiales. Tras eso, y bajo una lluvia de abucheos que se mezclaba con la llovizna de afuera, se retiró junto a su familia y parte de su ex primera línea de funcionarias.

¡Un asiento para el abuelo!: el que tuvo que recorrer gran parte del Vitale en busca de dos sillas, una para él y otra para su acompañante, fue el empresario del periodismo Mario Ernesto Peña (padre). Es que, por haber salido tarde de la legislatura donde le aguardaba un lugar de honor por las operetas a favor dibujada de exclusividad por ser familiar del ministro de Turismo, no tuvo la suerte de ser de los primeros en obtener un lugar en las primeras filas en el acto de Durand. Tal fue la sorpresa de la decena de periodistas que aguardaban en un corralito ubicado en el último rincón del complejo cuando vieron bajar al recinto a don Mario como cualquier hijo de vecino. No faltó quien pidió un asiento para el longevo empresario quien rápidamente se despegó de la chusma movilera y movió a sus influencias para que lo pusieran de frente al escenario. Con los pobres no se mezcla, dice.

Pato al agua: una que compró terreno en la asunción de Emiliano, así como compró el concurso para ganar una licencia de radio en el dial que ocupa hace una veintena de años La Estación FM, fue la dueña de canal 10 de aire, Patricia Wierna, quien quedó pegada al piso de parquet de la cancha de basquet de El Tribuno luego de que se desintegrara en pedazos la silla que se disponía a ocupar. Tras el papelón accidental, el resto de VIP's se encargaron de levantar a la patrona que miraba hacia el sector de prensa esperando que nadie la estuviera filmando y, sobre todo, que los periodistas de su canal no estuvieran a las carcajadas. Entre murmullos del corralito prensero se escuchó decir "se lo merece por lo de la Estación". Malos son.

¡Hagan lo que quieran!: quien quedó entre Pampa y La Vía al final de la asunción en zona sur fue, justamente, el "Pampa" Bignante. El periodista local es parte del equipo de Emiliano Durand, y fue el encargado de acomodar a la prensa durante el acto. Con muy buena predisposición, les explicó a todos los movileros y cronistas los lugares por los que podían circular y que al final del acto se realizarían entrevistas con las nuevas autoridades. Pero solo bastó un descuido para que, mientras Emiliano saludaba a la gente, se le colara Mariano Burgos saltando el vallado como hincha argentino en el Lusail y corriera junto a su camarógrafo en búsqueda de la entrevista deseada. Tras eso, el raid de periodistas saltando vallas, empujando a personal de seguridad y maldiciendo a todo el mundo fue total, dejando al Nicolás perplejo y retirándose como quien no quiere ver el desenlace.

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