Política
Como los gatos

Y cayó parado nomás: Mario Mimessi fue confirmado como ministro de Desarrollo Social provincial

El futuro ex intendente de Tartagal, Mario Mimessi, siempre cae bien parado.

Sabido es que los felinos tienen una habilidad que hace que, por más esfuerzos que se hagan para evitarlo, siempre caen de pie.

El "reflejo de enderezamiento" de estos animales fue estudiado desde los años 1700 y hasta la NASA buscó trasladar esta habilidad de los animales a tecnología espacial.

Lo que nadie quiso estudiar es cómo esta virtud suele trasladarse a algunos seres humanos, generalmente de una sola clase social, que demuestran día a día sus destrezas.

Los políticos podrían ser catalogados, tranquilamente, como poseedores del reflejo de enderezamiento.

Es que es imposible describir con otras palabras lo que ocurre cada vez que se reciclan en cargos nuevos ante algún fracaso electoral propio o situaciones administrativas adversas.

Además, mutan el adoctrinamiento o militancia partidaria de manera veloz y se acomodan en cualquier conchabo que le permita seguir dándose la gran vida, no sin manejar una cuota, aunque sea ínfima, de poder.

Así es como Mario Mimessi, futuro ex intendente de Tartagal, fue confirmado esta semana como futuro ministro de Desarrollo Social de la provincia, demostrando una vez más que los políticos siempre caen de pie, como los gatos.

De hecho, el jefe comunal norteño es apodado como esta raza de felinos por lo que no solo comparten habilidades, sino alguna que otra virtud más.

Si no es por el reflejo de enderezamiento, no se creería que quien llegó tiempo atrás abrazando a Alfredo Olmedo para lograr ser intendente por la Unión Cívica Radical tartagalense, dos años más tarde estaba besando suelas en Grand Bourg para venderse como un saencista de los últimos 15 minutos.

De hecho, fue tal la obediencia que se terminó alejando de la UCR para jugar en el frente oficialista, creyendo tener los votos asegurados, y fue grande el cachetazo cuando terminó perdiendo la intendencia.

Aun así, cuando todos creían que el hombre que desapareció casi mil millones en Tartagal y se escondió unos cuantos miles de bolsones de mercadería por represalias de haber perdido la municipalidad; Mario logró caer de pie en el futuro armado de gabinete y sería el encargado de suplantar a Silvina Vargas en Desarrollo Social.

Sí, a la dependencia que le mandó los bolsones para repartir a los más necesitados y los que utilizó como dádiva. Pusieron al gato a vigilar la pecera.

Lo llamativo es que, aunque muchos no lo soportan y no ven la hora de que un “no” compañero peronista se vaya por la puerta chica, ninguno se anima a criticarlo públicamente; aunque no por temor a él, sino por el posible tirón de orejas desde Grand Bourg ya que, de bajarle el pulgar a Mario, habría que buscar urgente a alguien tan impresentable como él para reemplazarlo, pero que no esté tan expuesto con muchas irregularidades.

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