Atrás quedaron las críticas de la joven edil capitalina del PRO vertidas hace dos semanas apenas, cuando mencionaba que Orozco no acompañaba las iniciativas para mejorar la vida de los vecinos, o que votaba a favor de la designación de Benjamín Cruz en el Tribunal de Cuentas. También pasó al olvido cuando mencionó que los discursos de "La Orozco" eran hipócritas y que tanto ella como Alfredo Olmedo pertenecían a la casta salteña.

Borrón y cuenta nueva, y aquí no pasó nada. Ya lo decía Gustavo Ceratti: "Poder decir adiós, es crecer"; y los pibes del PRO salteño necesitaban decir adiós a tanto odio y rencor si deseaban seguir teniendo algo de protagonismo. Es que, convengamos, tras las elecciones provinciales a Álvarez y su compinche Pablito López, no les quedó otra que criticar a Orozco para mantenerse en vigencia ya que ni siquiera ellos fueron protagonistas durante los comicios provinciales, sino que fueron detrás de otras figuras a pesar de haberla remado por dos años.

El primer encuentro entre los todavía tres ediles se dio el mismo domingo. Luego de que la plana mayor (en edad) de Ahora Patria se retirara del búnker de calle Alsina al 300, quedó la juventud mileicista festejando las dos bancas obtenidas y, entre brindis y brindis, se pudo ver a Álvarez, Pablo López y Orozco tomarse algunas fotos celebrando la alianza que horas después confirmarían sus dirigentes nacionales de cara al balotaje de noviembre.

Ahora, esta semana, se los vio muy distintos a los pibes en sus declaraciones, realzando la figura de la futura diputada, y haciendo hincapié en que lo que los une es lo que los diferencia de las fuerzas de Unión por la Patria. Ahora habrá que analizar si los une el odio hacia el kirchnerismo o una oposición a nivel provincial; aunque de lo segundo quedan muchas dudas ya que los de Juntos por el Cambio también incluyeron a una ultra saencista en sus filas.