Todo marchaba relativamente normal. Abel Cornejo, en calidad de titular de la cartera de Seguridad, participaba de distintas reuniones y eventos oficiales, los que quedaron registrados en las redes sociales que posee el ministerio que comanda.

El escándalo de la financiera, tras varias semanas, dejaba de ocupar las portadas de los distintos medios locales, y el malestar social por los hechos de estafa que involucra a policías y donde se menciona a funcionarios, pasaba a un segundo plano para dar lugar a hechos menores. Todo marchaba relativamente normal, hasta que llegó Gustavo Orozco.

El legislador por Rosario de la Frontera, quien se empecina en asegurar que no mantiene algún tipo de rencilla personal contra Cornejo a pesar que hablar sobre este pareciera ser un "hobbie" para el ex comisario; utilizó el momento de las manifestaciones en la Cámara de Diputados de la provincia para despacharse nuevamente contra el ex procurador.

Empezando su alocución solicitando a sus pares que evalúen la posibilidad de crear una comisión investigadora que analice los dichos de Cornejo sobre sus supuestos 37 procesos penales, Gustavo Orozco afirmó que, en caso de ser hallado culpable, daría a un paso al costado de su banca. Pero esto era demasiado bueno como para ser verdad.

Al mismo tiempo que solicitaba ser investigado, el diputado solicitaba lo mismo para el actual ministro de quien dijo tener pruebas de causas en su contra y, yendo aún más al límite, aseguró que Cornejo fue acusado de abusar de una mujer.

Esto último no solamente causó asombro entre los legisladores que miraban atónitos lo que el rosarino exponía, sino que caló profundamente en el orgullo de Cornejo, quien se jactó en distintas oportunidades de ser una persona intachable, por poco.

Llegó el miércoles, todo parecía haber quedado en el pasado. El ministro participaba de un acto oficial de la Policía de Salta en donde se presentaba a los nuevos graduados. Al momento de tomar la palabra, y con un discurso lleno de formalismos que no decían nada, Cornejo anunciaba su alejamiento del cargo.

Sorprendidos y alarmados, todos los medios salteños buscaron la palabra del, en ese momento, ex funcionario del Gobierno. Molesto, notoriamente, Abel Cornejo cargó contra propios y extraños, pero quienes fueron blanco de sus críticas fueron aquellos que dicen llamarse oficialistas. Resulta que, tras los dichos de Orozco, nadie había emitido opinión alguna, repudio ante el legislador, o apoyo al funcionario.

Según manifestó, la decisión la tomó con su almohada y ya había sido transmitida a Gustavo Sáenz. Finalmente, luego de la intervención del mandatario, Cornejo dio marcha atrás dejando en claro que no solamente carece de apoyo dentro de las filas del saencismo, sino que también de valor en sus dichos ya que decidió continuar siendo ministro.

Ese mismo día, se conocía de forma pública la salida de Horacio Aguilar, un juez de la Corte de Justicia con menos de dos años en el cargo. Anteriormente, y ante la salida de Sandra Bonari y Guillermo Catalano que se hará efectiva en algunos meses cuando decidan acogerse al beneficio de la jubilación, Cornejo había impulsado la candidatura de un camarista actual, el juez Marcelo Domínguez, muy allegado a él.

Con la precipitada salida de Aguilar, sumado al portazo que intentó pegar a mitad de semana, en los pasillos de Ciudad Judicial ya se rumorea sobre la posible vuelta de un viejo conocido a la Corte.

Y es que el panorama actual indicaría que uno de los candidatos que más posibilidades tendrían de ingresar al máximo tribunal salteño, sería el mismo Cornejo. Especialistas afirman que, para no desestabilizar de golpe la estructura gubernamental, habría una transferencia de funcionarios, volviendo Abel Cornejo a uno de los puestos de prestigio que supo ocupar, y dejando el cargo de ministro con la frente en alto.

Muchas dudas, pocas certezas. El próximo mes será clave en el futuro de uno de los personajes más mediáticos y que despiertan distintos sentimientos en la sociedad en su conjunto.

Algunos afirman que está tranquilo, otros dicen que la tranquilidad que muestra hacia el exterior solamente es superficial y que su gran consejera, la almohada, es la única que conoce las 2 facetas que podría mostrar en las próximas semanas el todavía funcionario. Mientras tanto, al acting de la renuncia, la analizan desde la Academia que dejó a Will Smith afuera después del cachetazo en los Oscars.